Porque los seremos humanos preferimos elegir una mentira disfrazada de optimismo y felicidad que aceptar la realidad, que implica trabajo y esfuerzo.
Muchas personas dicen: “los políticos nos están robando”, pero esas mismas personas les dieron sus votos porque querían que ese político les entregaran un beneficio, como por ejemplo, un trabajo. ¿A caso tú no puedes conseguirte un trabajo o un plato de comida? Hasta que no dejemos de vivir en la fantasía de que alguien nos va a rescatar, hacer de nuestra vida mejor y como ciudadanos dejemos de autoengañarnos con una vida idílica sin esfuerzos, no vamos a elegir mejores políticos.
Algo similar pasa con los cursos de “Mentes Millonarias”. Ambos se engañan, el mentor no es millonario, que además monta un show que hasta él se lo cree, y los que asisten a estos cursos quieren dinero sin apenas esfuerzo, no quieren trabajar y seguir el camino tradicional del sacrificio y esfuerzo.
Lo mismo pasa en las relaciones cuando sabe que a uno le mienten y no lo quiere ver, porque sabe que es el fin de la relación e implica pérdida y cambios en su vida.
Cuando dejemos de mentirnos a nosotros mismos, vamos a optar por personas correctas y no vamos a elegir al que nos hace un favor sino al que va a poner orden en nuestro país y en nuestras vidas.
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